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Las uvas de mesa deben tener calidad externa y apariencia atractiva para satisfacer las especificaciones del mercado.
Los principales parámetros de calidad externa incluyen el color, uniformidad en el tamaño, firmeza de la piel, estabilidad de la pulpa y fijación resistente al racimo.
La calidad interna de uvas de mesas es de gran importancia. El nivel deseado de dulzor es cuestión de gustos y preferencias personales. El dulzor de la uva se expresa por la relación azúcar/ácido. Una medida del azúcar en la uva o contenido de sólidos solubles totales (SST) se consigue al lograr el punto deseado de Brix (°Brix) del fruto.
La aplicación de la cantidad correcta de nutrientes es la práctica más importante en la gestión del cultivo para producir uvas de mesa de alta calidad.
Un suministro de cantidades suficientes de macronutrientes (N, P y K), puede mejorar la calidad de la uva. El nitrógeno es necesario para producir uvas de mejor calidad, porque fomenta el crecimiento y el desarrollo del cultivo. Las aplicaciones de fertilizantes nitrogenados dan como resultado niveles más altos de azúcar en las uvas. Sin embargo, un exceso de nitrógeno podrá derivar en uvas blandas al momento de cosechar.
El potasio es un componente clave en los ácidos nucleicos y en los lípidos. Fomenta el crecimiento y desarrollo mejorando la calidad de las uvas. El K tiene una función importante durante el transporte de productos fotosintéticos para dar apoyo al crecimiento y a los procesos de desarrollo. El potasio incrementa el tamaño de la uva y su uniformidad, también se aplica para mejorar el color de la piel. La aplicación de fertilizantes de potasio incrementa la relación azúcar/ácido de la uva.
La deficiencia de nutrientes secundarios (calcio y magnesio) puede influir de forma negativa en la calidad final. El calcio es el componente clave de las paredes celulares manteniendo la estructura de las membranas y también tiene un efecto directo en la regulación de sistemas enzimáticos, actividades de fitohormonales, y absorción de nutrientes. La calidad post cosecha está específicamente determinada por el calcio. Es muy importante mantener suficiente nivel de calcio en la piel de la uva aplicando el nutriente durante toda la temporada y/o pulverizaciones de Ca dirigidos al racimo durante el desarrollo de las uvas. Las pulverizaciones directas al fruto, sobre todo en la parte final, durante la maduración del fruto, son importantes para mejorar la resistencia de la piel, y sus características óptimas el para almacenaje y la manipulación.
Las aplicaciones en cantidades suficientes y equilibradas de micronutrientes ha dado como resultado un mejor crecimiento y desarrollo de uva de mesa, porque la deficiencia de micronutrientes puede limitar el crecimiento y desarrollo de las uvas. El boro fomenta la germinación del polen y el cuajado de los frutos. Mediante la aplicación de fertilizantes con boro, se obtiene un aumento en el contenido de azúcar.
El hierro es importante para la producción temprana de follaje y fotosíntesis, asegurando un mejor desarrollo y calidad. El suministro de fertilización con Fe en cantidades suficientes resultó en un aumento en el contenido de azúcar.
El zinc está involucrado en el proceso de desarrollo de cloroplastos, siendo esencial para mejorar la calidad del fruto. Las aplicaciones de fertilizantes con Zn dieron como resultado un aumento en el contenido de azúcares y reducción en pérdidas de peso post cosecha.